Aquí todos aprendemos de todos, en igual dignidad y condición. Esto no significa desconocer el rol, funciones y responsabilidades propias y específicas de los profesores. Lo que decimos es que el aprendizaje es fundamental para todos, y es fruto de diálogo y trabajo colaborativo. Los profesores animan, coordinan y dirigen esta tarea, pero los principales actores serán siempre los estudiantes. Y los profesores también aprendemos de ellos.Queremos que nuestros estudiantes aprendan fundamentalmente tres cosas:
- las habilidades que les permitirán usar esos contenidos para dar respuestas y soluciones creativas a los problemas que enfrenta el mundo;
- los contenidos del currículum, el conocimiento de las diversas disciplinas y asignaturas;
- y, sobre todo, las actitudes, los valores, que les motivarán a poner todos sus talentos en beneficio del bien común.
Y esto exige profundo respeto y afecto a su labor. No son infalibles, pero tampoco personas que no sepan hacer su trabajo. Hoy cualquiera se siente con el derecho de evaluar y juzgar, de intervenir y proponer acciones en materia de educación. Aquí, entre nosotros, debe primar el respeto y el aprecio a la dignidad de los educadores y a todos quienes colaboran con ellos, así como el legítimo reconocimiento de sus responsabilidades, funciones y tareas.
Nos gusta un colegio puertas abiertas, que no es lo mismo que un colegio sin puertas. Un colegio sin puertas es como una feria libre, donde cada quien pasea, observa y toma lo que le sirve, indiferente ante las acciones de los demás. Aquí trabajamos en colaboración de unos con otros, y el compromiso de los padres y las familias con la educación de sus hijos es fundamental para los resultados que esperamos.
La situación socioeconómica de una familia no es impedimento para formar parte de esta comunidad, pero tampoco es excusa para no trabajar y aprender. Al contrario, deseamos ayudar a los más pobres dándoles las herramientas que les permitirán superar sus carencias y limitantes. Creemos que la educación abre puertas, y rompe círculos de pobreza.
Todo ello en función de los aprendizajes. La disciplina en sí misma no tiene mayor sentido, sino que está al servicio de las metas que nos vamos planteando. Pero esto no es magia, ni tarea de una sola persona. Un buen clima y una sana convivencia escolar es fruto de la voluntad y el esfuerzo de todos y cada uno de los miembros de esta comunidad. Contamos con ustedes para proyectar esta común unidad, que es el Colegio Amada Sofía.